“¡Lo eche a perder!” ¿Alguna vez
has escuchado esa frase o similares?, personas que tuvieron “un bonito
noviazgo”, pero que por diferentes razones creen que lo echaron a perder.
Un dicho popular dice: “Nadie sabe lo
que tiene hasta que lo pierde”, ¿Será verdad?, creo que todos
hemos experimentado situaciones como esas, y si aun eres muy joven y no has
experimentado algo como eso, quizá lo experimentes más adelante o pueda que
tengas el privilegio de no experimentarlo, será según nuestro accionar.
Y es que es fácil echar a perder una bonita
relación, es fácil arruinar algo que a lo mejor nos costó construir que por
diferentes motivos entre ellos las emociones desordenadas, echamos a perder algo
que no queríamos perder o que nos dimos cuenta que no queríamos perderlo hasta
que lo perdimos.
Hoy quiero dedicar este artículo a todas aquellas
personas que creen haber arruinado una relación, creen haber echado a perder una
bonita relación o que se sienten culpables de haber fracasado en el ámbito
sentimental.
Amar es aceptar, no aprobar.
A veces confundimos términos, creemos que alguien
que realmente nos ame tendrá que aceptarnos tal y como somos, con nuestras
virtudes y defectos, y la verdad en parte tiene razón, pero hay una enorme
diferencia entre: ACEPTAR y
APROBAR. Una cosa es que te acepten como eres y otra cosa es que aprueben lo que
haces.
Quizá la persona que te ame te acepte como eres,
con todas tus virtudes y defectos, pero a lo mejor no aprueba tu forma de ser en
ciertos aspectos, porque a lo mejor espera de ti un cambio o que con el
transcurrir del tiempo muestres el deseo de superar ese defecto.
El problema que la mayoría tenemos es que NO
QUEREMOS CAMBIAR. Queremos que la persona que nos ame, nos ame tal y como somos,
y no hacemos nada, absolutamente nada por agradar a esa persona, sino que nos
embarga un sentimiento de EGOISMO
PURO que en lo único que piensa es en sí mismo.
Una persona que vive esperando que lo acepten y
aprueben tal y como es, es una persona egoísta, porque solo está pensando en su
bien, y no en lo que los demás opinen. Y es que el mayor problema que esta clase
de personas tiene es que quieren que todos vivan para él, que todo lo que se
realice sea en beneficio de él, pero jamás pone de su parte para agradar o beneficiar a otro. Eso se llama egoísmo
puro.
ME GUSTO
ResponderEliminar